El estudio de actitudes es un tema central de la psicología social. Las
actitudes están implicadas en casi todas las áreas de la disciplina, incluyendo
la conformidad, la atracción interpersonal, la percepción social y el prejuicio. En la psicología social, las actitudes se definen
como evaluaciones globales doctas de una persona, un objeto, un lugar o un
asunto que influencian el pensamiento y la acción. Es decir, las actitudes
son expresiones básicas de aprobación o desaprobación, favorabilidad o
desfavorabilidad, o gustar y disgustar. Ejemplos incluirían que nos guste
el helado de chocolate, ser anti-aborto, o endosar los valores de un partido
político particular.
Los psicólogos sociales han estudiado la formación, la
estructura, el cambio y la función de las actitudes y la relación entre éstas y
el comportamiento. Debido a que la gente está influenciada por la situación,
las actitudes generales no suelen ser buenos predictores de comportamientos
específicos. Para una variedad de razones, una persona quizás valora el medio
ambiente, pero no recicla una lata un día particular. Actitudes que son bien
recordadas y centrales a nuestro autoconcepto, sin embargo, son más probables a llevar a un
comportamiento, y medidas de actitudes generales previenen pautas de
comportamiento a largo plazo.
Mucha de la investigación reciente sobre las actitudes
trata de la distinción entre medidas de actitudes tradicionales de
"autoreporte" y actitudes inconscientes o "implícitas". Por
ejemplo, los experimentos usando el Test de Asociación Implícita han
encontrado que la gente a menudo demuestra parcialidad contra otras razas,
incluso cuando sus respuestas en encuestas revelan igualdad de la mente. Un
estudio encontró que las actitudes explícitas correlacionan con comportamiento
verbal en interacciones inter-raciales, aunque actitudes implícitas
correlacionan con comportamiento no verbal.
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